Soy Gemma. Llevo 16 años en el mundo de la estética.
Mi pasión es sacar el mayor partido de la belleza de cada uno.
Me encanta el pilates, me apasiona el teatro y me enamora los desfiles de moda. La lucha por conseguir una cosmética avanzada y eficaz me ha llevado hasta aquí.
Soy Tània, esteticista con más de 15 años de experiencia en el sector de la belleza y el bienestar. A lo largo de mi trayectoria profesional me he especializado en tratamientos faciales personalizados, poniendo siempre el foco en las necesidades individuales de cada piel y ofreciendo resultados visibles y duraderos.
Con pasión y dedicación he desarrollado mi propia marca de cosmética facial, creada con ingredientes de alta calidad y pensada para cuidar y potenciar la belleza natural. Mi filosofía combina la cosmética efectiva con una atención cercana y profesional, creando una experiencia única para cada cliente/a.
Mi objetivo es ofrecer un servicio honesto, consciente y adaptado a cada persona, porque cuidarse también es quererse.
Para mí, el cuidado de la piel es mucho más que un ritual estético: es un acto de respeto hacia uno mismo. La piel es nuestro mayor órgano, el que nos protege, el que habla de nosotros sin palabras. Cuídala no sólo por cómo se ve, sino por cómo te hace sentir.
Cuidar tu piel es dedicarte tiempo, escuchar tu cuerpo y entender sus necesidades. Es aprender a mirarte con amor, a prevenir antes que corregir, ya disfrutar de esos momentos de conexión contigo misma. Cada textura, aroma y aplicación puede convertirse en un momento de paz y bienestar.
Creo en un cuidado de la piel consciente, sencilla pero efectiva, adaptada a cada etapa de la vida y cada tipo de piel. Por eso, mi trabajo y mi marca están pensadas para acompañar, guiar y potenciar la belleza real, la que nace del cuidarse desde dentro y desde fuera.
Autenticidad: creemos en una belleza real, sin filtros ni perfecciones impuestas. Nuestra cosmética acompaña, no transforma.
Calidad y eficacia: formulamos con ingredientes activos de confianza, priorizando la calidad por encima de la cantidad. Resultados visibles, respetando el equilibrio natural de la piel.
Coherencia: menos es más. Rituales sencillos pero potentes, porque cuidarse no debe ser complicado sino coherente con las necesidades reales de cada piel.
Amor propio y bienestar: cuidar la piel es cuidarse a uno mismo. Cada producto está pensado para que sea un momento de paz, conexión y aprecio personal.
Transparencia: quiero que sepas lo que estás poniendo en tu piel. Ingredientes claros, fórmulas honestas y comunicación sin promesas vacías.